Pero en unos años
cuando todo lo que se diga de mí
sea ausencia
diremos que ese trago de coca
era un acto de amor.
Author: Editorial
Te despiertas una mañana y está en vigor la ley marcial. El presidente de tu país hace un llamado a las armas para todos los hombres hábiles; una llamada para prepararse para combatir. Si puedes, preparas las maletas y pones en el coche las cosas más importantes y escapas. En el mundo a tu alrededor hay más sucursales de la Nato que cafeterías, y por si no bastara una pandemia sigue golpeando la población. Te sientes como si estuvieras dentro de un libro mal escrito de historia. No es una pesadilla, no es un sueño. Recuerdas cuando en 1991 mirabas la guerra del Golfo por la televisión, y ahora te das cuenta que llegó tu turno, ahora estás tú en la televisión: la guerra que antes era de otros, ahora es la tuya, estás dentro de la guerra que la mayor parte del mundo mira.
Si lo anterior es así, ¿qué es la poesía sino una necesidad diaria e íntima, una manera de testimoniar a lo largo de la vida lo que se vive en esta? En tal sentido, la poesía es innecesaria: es la sombra que no refleja la realidad. Sin embargo, quizá esta sea la esencia de la poesía: ser otra vida.
Apología de la huida Definiciones y conceptos. Cuentas numéricas, compra-venta, nuestro valor lo demuestran las…
4 poemas de Silvia Maytorena ante los que el lodo y el dolor toman su nombre y se le plantan al lector con la ternura delicada de una ola frente a la serenidad la marea.
Alguna vez una novia que tuve quiso que viéramos juntos la película de Los Miserables, acepté convencido, porque cuando uno está enamorado el mundo adquiere otro matiz. No hay en el oscuridad, maldad o aburrimiento. A menos claro que veas al gran Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejércitos del Norte, general de las legiones Fenix, fiel servidor del verdadero emperador, Marco Aurelio; padre de un hijo asesinado y esposo de una mujer asesinada vestido de soldado napoleónico batirse en un duelo de vocalización contra un Wolverine rasurado y sin garras. Debió haberme advertido que se trataba de un musical. No recuerdo si terminé de verla o me dormí a los 20 minutos.
Todo esto porque hace mucho que me ronda una duda. ¿Cómo nos reconocemos en la calle a los que nos gusta la cumbia?
Esta primera edición de Acordeones tardíos, columna de poesía y narrativa mensual, arranca con el trompetero retumbar de la poesía de René Mayoral. Estruendosamente tierna, con la ligereza frágil y rabiosa de un potente torbellino del desierto, ama y se agota, con desesperada lucidez, en medio de su fuerza. Si es hija de una tradición, parece haberla destrozado hasta mostrar en la transformación un ritmo propio, una respiración genuina.