En esta segunda entrega de las flores de mayo traemos seis poemas de Nitan A-Z. Con tenor de canciones indie que solo se pueden escuchar en bandcamp, estos poemas despliegan una sensibilidad sonora aterciopelada que revienta de pronto de digresiones metafóricas. Su agudeza semántica, y podríamos aventurar malicia, echa tenues luces sobre las contradicciones que se gestan entre las nuevas formas de vivir y las antiguas formas de amar.
Nos complace recibir nueva poesía, es para lo que existimos: ver qué trae de nuevo el alba, nuestros ojos hambrientos, la eterna retina del gallo que no se despega del horizonte.
Visiones de niñez
Cinco años,
medir 1 metro 36,
tener los dientes al revés.
Visiones de niñez:
Donde no debe
Se quiere meter.
— “¡salte deay!” —
Aroma a tabaco,
el garrero,
San Judas Tadeo,
el cuarto de mi tata.
Visiones de niñez
caen abatidas por mi razón.
Jugar con el pitbull
y que no me coma.
Perderle el miedo al rugido.
Mi mamá es una leona:
pelea con uñas
y dientes.
O… ¿cómo era
eso que dices cuando mientes?
No me gustan mis lentes.
Ojalá no tuviera astigmatismo
ni miopía.
Desentendí el concepto de
utopía,
al acabar la niñez.
Visiones que ya no ves
sin lentes.
Bien entonada
No sé por qué me empeño en seguir al sol
si nunca lo alcanzo.
Le sigo por calles pavimentadas y de
terracería,
en ciudades, la playa, también en el campo .
A veces pienso que es un gran ojo
mirándome, a modo de panóptico,
entonces me vuelvo dócil,
entonada en clave de sol.
No sé si el sol será padre o madre,
dependerá del idioma,
aún así, me queda claro
que yo soy su perra:
con el lomo desecho
con la cabeza baja
y la mirada siempre distante.
Cuestión de perspectiva
Como felino
me siento en el reposabrazos del sillón,
lo hago para agarrar perspectiva.
Con mi lente de pescado
miro hacia abajo y sonrío
(((Acicálame, déjame ronronear junto a ti.)))
Todo se deforma cuando agarras altura
De ahí la frase:
“Se subió a un banco y se mareó”.
Quizá por eso ahora se reivindica
a los hombres chaparros,
legado de Juárez,
legado de nuestros héroes.
Plenitud
Largo rato me arrepentí
de no haber podido
sostener las paredes.
Pero esta que es mía,
no es la historia
del niño holandés.
Derramé la última lágrima
que le quedaba a la presa
de esta mi gran ciudad.
Viste el panorama:
tu gran obra arquitectónica,
alguna vez viva, hoy tan seca
como el lomo fósil del tiempo.
El silencio
cual grieta
que grita
su abismo,
nos obliga a mirarnos.
Fiel a tu andamiaje,
comenzaste a construir
un puente entre los dos.
Caminante sobre el prejuicio,
siempre tan impecable,
con tu voz templada,
los modales suaves:
“¿Cómo estás?”
Preguntaste.
Plena, te respondí.
Agradecida de la aflicción
que hoy me acongoja.
Me limpio la cara.
Extractivismo core
Traías la ropa empolvada,
con ojos de descubridor,
mientras uno me guiñaba
tus zapatos me sacaban la lengua.
Yo pensé que venías a quedarte, pero era otro tipo de expedición.
—Ay, pero tú,
tú tienes vocación de minero.
Con tu pico vas y las clavas,
-las piedras-
luego con tus manos las recoges
-las piedras-.
No sé qué tendrán tus labios
que nunca se cuartean,
los cubres con un paliacate
y debajo con pelos,
algunos reposan en tu lengua.
Los míos resecos
asemejan al mismísimo
Desierto de Altar,
grieta tras grieta
hasta la frontera.
Te alimentan las atenciones.
Chupas sin cesar.
doble profesión:
vampiro y minero.
Te alimentan las atenciones
de gentes sin estaca,
que adoquinan un pozo
sin llenadera,
pero hasta el más menso
Tarde o pronto
se da cuenta,
que los materiales
por más duraderos,
con el tiempo escasean.
Yo antes pensaba que dar
era pura virtud,
hasta que scrolleando por TikTok
me topé con el extractivismo core
y agarré el pedo
con olor a ajo
por aquello de repeler.
Síncope, coma y shock
Estados clínicos extremos,
donde el cuerpo o la mente deja de funcionar
de forma normal.
Si insistes en las cosas que te hacen llorar:
Pagar extra por una pantalla en Netflix.
Compartir contraseñas
como quien entrega
las llaves de un cuarto de hotel.
“Pásame tu cuenta de MUBI.”
Se constituye un nuevo
lenguaje del amor.
Rimar es complicado.
El alienista toma nota:
Llamas gemelas,
sincronicidad,
numerología:
Habitar
la
posmodernidad.
Olvidé mi chaqueta en tu patio.
Me robé tu laira por error.
¿Me depositas al rato?
Ayer escuché una canción
de dieciséis minutos.
Era de Car Seat Headrest.
Pensé en ti.
Pude haber escuchado cinco canciones,
medio álbum,
pero eso ya no se usa.
Como nosotros dos.
Ya suficiente me ha dolido
todo lo que algún día fue.
Tu recuerdo me puso en
síncope,
coma
y shock.
Éramos bien mamadores los dos,
por eso nos entendíamos bien.

Nitan A-Z: 24 años, mujer, Hermosillo, Sonora. Puedes leer más en su ig
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